No hay que avergonzarse de pedir ayuda. Alrededor de 37 millones de personas vivían en hogares con inseguridad alimentaria en algún momento durante el año 2018, según el Departamento de Agricultura, lo que significa que no tenían la certeza de tener suficiente comida o no podían conseguirla.

Aunque no sabemos exactamente cuántos hogares padecen inseguridad alimentaria en este momento, sin duda ha empeorado debido a la pandemia, que ha costado el empleo a más de 38 millones de personas en sólo nueve semanas. En marzo, los bancos de alimentos distribuyeron un 20 por ciento más de alimentos que en un mes promedio, según Feeding America, que estima que 1 de cada 6 estadounidenses podría enfrentar hambre debido al brote de coronavirus.

Los bancos de alimentos están disponibles para ayudar a las personas a alimentarse a sí mismas y a sus familias durante las dificultades económicas. Recogen artículos de las tiendas y donaciones, y actúan como un centro de distribución para las despensas de alimentos, que son los brazos que conectan los alimentos con las personas que los necesitan.

Muchas organizaciones no tienen ningún requisito para probar que se está necesitado – simplemente se puede presentar en la despensa durante sus horas de funcionamiento. No existe una norma general sobre lo que se requiere, si es que se requiere algo, para tener acceso a un banco de alimentos.