A los especialistas en ética y a los médicos les preocupa que, en medio del deseo de poner fin a la pandemia del Covid-19, los fabricantes de medicamentos y vacunas se hayan entusiasmado demasiado por las posibilidades de que sus productos funcionen.
Mientras que varios desarrolladores de vacunas han emitido declaraciones mirando hacia el futuro – estableciendo posibles calendarios para la finalización de los estudios y la fabricación de vacunas – los especialistas en ética y los médicos dicen que un grupo en particular se destaca por ser el más agresivo en pintar el cuadro más rosado: la Universidad de Oxford en Inglaterra.
Oxford ha retrocedido recientemente algo de su optimismo, pero durante meses, marcó el tono de que su vacuna era la más prometedora, sin ninguna evidencia sólida de que eso se basase en hechos.
En primer lugar, en un campo plagado de posibles fracasos, dos investigadores de Oxford declararon que están “80% seguros” de que la vacuna funcionará, y que podrían completar ensayos clínicos a gran escala en sólo seis semanas, una fracción de lo que algunas otras compañías de vacunas estiman que pueden hacer.
En segundo lugar, algunos expertos han acusado a los científicos de Oxford de dar vueltas a los resultados de su investigación sobre la vacuna en los monos para hacer que la vacuna parezca más potente de lo que es, lo que Oxford niega.
Tercero, un líder del equipo de Oxford ha llegado a denigrar a otros equipos que intentan poner una vacuna Covid en el mercado, llamando a su tecnología “extraña” y etiquetándola como mero “ruido”. Tales insultos son muy inusuales y agresivos entre los científicos.