Los “agravios” que están en el centro de las protestas que estallaron en todo Estados Unidos “necesitan ser escuchados y atendidos”, dijo la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, en una declaración el miércoles.
Bachelet también condenó lo que llamó “informes de uso innecesario y desproporcionado de la fuerza por parte de los agentes del orden”.
“Las voces que piden el fin de los asesinatos de afroamericanos desarmados deben ser escuchadas. Las voces que piden el fin de la violencia policial deben ser escuchadas. Y las voces que piden el fin del racismo endémico y estructural que asola la sociedad estadounidense deben ser escuchadas”, dijo Bachelet.
Subrayó que “un país necesita que sus dirigentes condenen el racismo de forma inequívoca; que reflexionen sobre lo que ha llevado a la gente a un punto de ebullición; que escuchen y aprendan; y que tomen medidas que aborden verdaderamente las desigualdades”.
Destacó que la violencia, el saqueo y la destrucción de bienes “no resolverán el problema de la brutalidad policial y la discriminación arraigada”.
“Reitero mis llamamientos a los manifestantes para que expresen sus demandas de justicia de forma pacífica, y a la policía para que tenga el máximo cuidado de no inflamar la situación mediante el uso de una fuerza excesiva”, dijo la Alta Comisionada.