La pandemia y los cierres resultantes han ayudado a la gente a ser creativa en sus celebraciones. En el proceso, están ahorrando dinero y, lo que es más importante, se dan cuenta de que no es el tamaño del evento lo que importa.

Algunos vecinos han organizado desfiles para honrar a los graduados de la escuela secundaria y la universidad de la comunidad. Las familias han decorado sus patios. Se ha animado a los graduados a que lleven su gorra y su bata o la parafernalia de la escuela y se paren en sus patios para saludar a sus familiares y amigos, que se quedarán en sus coches y pasarán por allí para desearles lo mejor.

Debido al coronavirus, las parejas que normalmente alquilan salas de catering para sus recepciones, muchas de las cuales se endeudan para celebrar la ocasión, optan en cambio por ceremonias íntimas en el parque, en su patio trasero o en medio de la calle, con sólo unos pocos miembros de la familia y amigos. O están usando una herramienta de videoconferencia en línea para conectarse con la gente a distancia. Porque, después de todo, ¿no es eso de lo que se trata realmente el día?

En California, la oficina del secretario del condado de Orange llevó a cabo ceremonias matrimoniales en el estacionamiento del Honda Center, donde juegan los Patos de Anaheim de la Liga Nacional de Hockey.

El distanciamiento social debería hacernos cuestionar la logística de las celebraciones trascendentales. ¿Realmente necesitas de 100 a 200 personas para presenciar tu matrimonio?

La pandemia ha dado paso a una nueva realidad para las graduaciones, bodas, fiestas de cumpleaños y otros eventos. La gente se ha visto obligada a tener fiestas de bajo perfil. Pero cuando las cosas vuelvan a la normalidad, con suerte incorporaremos esta lección: Sin fiestas costosas, todavía se puede celebrar.