El 19 de marzo, el día en que la administración Trump instó a los estadounidenses a dejar de viajar al extranjero, un grupo de estudiantes de la Universidad de Texas en Austin regresó de un viaje de vacaciones de primavera a un balneario mexicano.

En el plazo de dos semanas, 60 de los 183 viajeros a Cabo San Lucas, junto con cuatro contactos, dieron positivo al coronavirus, según un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Mientras los estudiantes se preparan para regresar a muchas universidades este otoño, el estudio de caso ofrece una ventana a la facilidad con la que el covid-19 se propaga entre los estudiantes universitarios y, también, cómo puede ser contenido. Los investigadores compararon su cercanía e interacción constante con el ambiente de un asilo de ancianos en el potencial de propagación de la enfermedad.

“El rastreo de los contactos y las pruebas de los contactos cercanos, independientemente de los síntomas, es importante para limitar la propagación, especialmente en poblaciones jóvenes y saludables que viven en viviendas compartidas”, escribieron.