El Covid-19 enferma a los ancianos de forma diferente

El Covid-19 enferma a los ancianos de forma diferente

Los últimos tres meses han sido un duro recordatorio de que los Estados Unidos es una sociedad envejecida. Los estadounidenses mayores de 60 años superan a los menores de 15. Y esta población anciana en rápida expansión está siendo devastada por el nuevo coronavirus.

Pero también hemos aprendido mucho desde marzo acerca de por qué los ancianos son tan susceptibles a este virus – y qué síntomas buscar cuando se presentan en clínicas y hospitales en busca de ayuda.

Primero, algunas cosas para recordar. Alrededor del 80 por ciento de las muertes relacionadas con la covid 19 son en individuos mayores de 65 años. En la ciudad de Nueva York, en el caso de los pacientes hospitalizados, la tasa de mortalidad por covid-19 aumenta de menos del 1 por ciento para los que tienen entre 18 y 44 años a más del 30 por ciento para los mayores de 75 años.

Estos hallazgos reflejan lo que ya sabíamos sobre cómo la respuesta del cuerpo a la infección cambia con la edad.

Con el envejecimiento normal, vemos cambios progresivos en nuestro sistema inmunológico. Un componente, la inflamación, se exagera con el avance de la edad – un hallazgo llamado “inflamación” – que puede empeorar las infecciones cuando las contraemos. Otros componentes de nuestro sistema inmunológico se debilitan con la edad porque las células que luchan contra los organismos invasores directamente, o a través de la liberación de anticuerpos, se vuelven menos eficaces en la vejez. Por eso las personas mayores necesitan dosis más fuertes de la vacuna contra la gripe para provocar una respuesta protectora.

Comprender el perfil de riesgo de un individuo puede ser útil para asignar una vacuna cuando esta esté disponible. Cabe imaginar los intereses contrapuestos de los proveedores de atención de la salud, los ancianos con enfermedades crónicas y los funcionarios de salud pública y seguridad pública cuando los lotes iniciales de la vacuna estén disponibles.

¿Qué podemos hacer para proteger a las personas mayores, especialmente a las que corren mayor riesgo?

Debemos aumentar la detección de la infección por coronavirus mediante un aumento de las pruebas y la educación de los proveedores de atención de la salud, en particular en las residencias de ancianos, con respecto a los signos y síntomas que pueden mostrar los pacientes mayores.

Todas las personas mayores deben recibir la vacuna contra la gripe este otoño, ya que si el covid-19 regresa durante una fuerte temporada de gripe, los efectos podrían ser devastadores.

Mientras mejoramos la seguridad de los asilos, la desinfección y la protección del personal – todo lo cual se ha logrado con éxito en muchas instalaciones – ha llegado el momento de repensar la forma en que ofrecemos y financiamos la atención a largo plazo en los Estados Unidos. Y debemos arreglar nuestro sistema de salud pública, que nunca ha sido reajustado para satisfacer las necesidades de una sociedad que envejece y que muestra deficiencias en la preparación para la pandemia.

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