Dentro de la gran cantidad de alergias que padecen millones de personas en el mundo, la alergia al agua es una de las más extrañas.
Rachael Fetter, de 23 años, quien vive en Idaho (Estados Unidos), es una de las 50 personas en el mundo que es alérgica al agua.
Rachael pensó que el jabón que utilizaba para ducharse le causaba urticaria, así que decidió cambiarlo sin tener resultados positivos.
Desde ese momento comenzó a visitar especialistas para saber que sucedía con su piel. El primer especialista le diagnosticó urticaria acuagénica, pero esa no era su enfermedad.
Después de someterse a dos biopsias y otros tratamientos, Rachael por fin llegó a las manos correctas y le dieron el diagnóstico. Ella dice que se sintió aliviada porque ya podía saber que le sucedía a su piel.
La joven no puede ducharse más de dos veces por semana, el baño debe ser de muy corta duración y antes debe tomar un analgésico para aliviar el dolor, ya que cuando se ducha siente como si se estuviera quemando.
Otro problema es que solo puede tomar medio vaso de agua ya que si toma mucho más puede llegar a tener problemas estomacales. El sudor le genera una reacción epidérmica, por lo que no puede hacer ejercicio físico.
Mientras más dure en contacto con el agua, peor son las quemaduras y aunque las marcas solo se ven durante unas horas, el ardor puede durar varios días.
Lo único que puede hacer Rachael es permanecer seca el mayor tiempo posible.