El asombroso nuevo registro estatal de casos de coronavirus en Estados Unidos, de un solo día de duración, pone de manifiesto cómo la agresiva estrategia de apertura defendida por el presidente Donald Trump y los gobernadores aliados se está convirtiendo en una de las peores llamadas políticas y económicas de la historia moderna.
El Estado del Sol registró más de 15,000 nuevas infecciones, el mayor número de nuevos casos en un solo día de cualquier estado, mientras la pandemia se extendía por el sur y el oeste del país, incluyendo Texas, Georgia y Arizona.
El aumento se produjo dos meses después de que muchos estados, haciendo caso omiso de las directrices del gobierno, abrieran bares, gimnasios, peluquerías y otros negocios.
Mientras tanto, una nueva controversia está en ebullición por el agresivo impulso de Trump para que las escuelas sean completamente operativas en semanas, después de que la Secretaria de Educación Betsy DeVos fallara repetidamente en esbozar un plan para hacerlo de manera segura.
La Casa Blanca también intensificó una impresionante campaña de murmullos contra el principal especialista en enfermedades infecciosas de la nación, el Dr. Anthony Fauci, acusándolo de cometer errores y de negarse a priorizar los intereses del presidente.
La obsesión de Trump por sus perspectivas electorales y su deseo de provocar un regreso económico estaban detrás de sus garantías de que era seguro facilitar las órdenes de quedarse en casa sin esperar a que las curvas de infección se aplanaran adecuadamente. El impulso fue acogido con entusiasmo por algunos gobernadores republicanos, incluido el gobernador de Florida Ron DeSantis, que ahora se enfrenta a duras críticas ya que su estado ve tasas de infección desbocadas.