Algunos condados de Arizona y Texas se están quedando sin espacio en sus morgues y han hecho llamamientos para que se instalen camiones refrigerados en los que se almacenen los cuerpos y se ayude a aliviar la presión de las oficinas de los médicos forenses locales.

Ha comenzado un repunte de las muertes de COVID-19 en todo el país, impulsado por los estados del sur y el oeste.

El número de muertes por día a causa del virus había estado disminuyendo durante meses, e incluso se mantenía bajo mientras estados como Florida y Texas veían explosiones de casos y hospitalizaciones – y las infecciones diarias reportadas en los Estados Unidos rompían los récords varias veces en los últimos días.

Los científicos advirtieron que no duraría. La muerte por coronavirus, cuando ocurre, suele ocurrir varias semanas después de que una persona se infecta por primera vez. Y los expertos predijeron que los estados que vieron aumentos en los casos y las hospitalizaciones verían, en algún momento, un aumento en las muertes también. Ahora eso está sucediendo.

En Houston, Texas, dos altos funcionarios demócratas pidieron que la cuarta ciudad más grande de la nación cerrara sus puertas mientras los hospitales del área se esforzaban por acomodar a los pacientes enfermos. A medida que las muertes por COVID-19 aumentan rápidamente en Texas y Arizona, los dos nuevos puntos calientes del coronavirus se enfrentan a un escenario similar al de Nueva York durante el inicio de la pandemia en marzo.