Gran parte del mundo ha puesto sus esperanzas en una vacuna como salida de la pandemia de Covid-19 que ha infectado a más de 15 millones de personas y matado a más de 630,000 en todo el mundo.
La Organización Mundial de la Salud dice que hay 25 posibles vacunas contra el coronavirus en ensayos clínicos a nivel internacional.
En los Estados Unidos, el gobierno ha puesto su dinero detrás de varias vacunas diferentes a través de la Operación Warp Speed.
Una de esas vacunas está siendo desarrollada por el Centro de Investigación de Vacunas del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Institutos Nacionales de Salud, en asociación con la compañía de biotecnología Moderna. Se espera que la vacuna entre en la fase 3 de pruebas y se espera que en esta fase del ensayo participen 30,000 voluntarios donde se comprobará si la vacuna protege a las personas contra el coronavirus.
La vacuna utiliza ARN mensajero (ARNm), una molécula utilizada por las células para construir proteínas, en este caso, las proteínas necesarias para construir la proteína de punta del coronavirus, que el virus utiliza para adherirse e infectar las células humanas. Una vez que el sistema inmunológico aprende a reconocer este objetivo – gracias a la vacuna – puede montar una respuesta más rápida que si se encontrara con el virus por primera vez debido a una infección.
Los primeros resultados del estudio de la fase 1 se publicaron en el New England Journal of Medicine a mediados de julio. El estudio demostró que la vacuna, administrada en tres dosis diferentes, desencadenó una respuesta inmunológica en las personas que la recibieron (cuanto más alta la dosis, más alta la respuesta inmunológica). Más de la mitad de los participantes experimentaron efectos secundarios como fatiga, escalofríos, dolor de cabeza, dolor muscular y dolor en el lugar de la inyección. El ensayo de la fase 3 implicará una dosis media de 100 microgramos (µg).