l presidente Trump pidió la semana pasada a los que se han recuperado del Covid-19 que donen su plasma sanguíneo como un potencial tratamiento para ayudar a detener la pandemia. Todavía hay que trabajar más para demostrar que tal terapia es segura y efectiva, pero si es así, podría ayudar a millones de pacientes con el coronavirus tanto aquí como en el extranjero.

Los Estados Unidos podrían utilizar desesperadamente ese tratamiento. La nación continúa luchando con altas tasas de hospitalizaciones y muertes trágicas. Mientras continúa el desarrollo de la vacuna, es importante avanzar en cada opción de tratamiento prometedora para mejorar las posibilidades de los que se enferman.

El plasma sanguíneo -también conocido como plasma de convalescencia- se ha utilizado como terapia para las enfermedades infecciosas durante un siglo, incluso contra la gripe en 1918, así como contra el SARS, el Ébola, la meningitis y el sarampión. Aunque no funciona para todas las infecciones, la idea es utilizar el exitoso sistema de defensa de anticuerpos de una persona para reforzar la respuesta inmunológica de una persona recién infectada.

Los Estados Unidos han sido el principal proveedor mundial de productos de plasma. Ahora, también es el principal proveedor mundial de casos de coronavirus, con alrededor de 60,000 al día. Si el plasma convaleciente ayuda, podría ayudar a mitigar el impacto de la pandemia.