Funcionarios de salud intensifican esfuerzos para convencer al público que las decisiones sobre la vacuna se basarán en la ciencia y no en la política

Funcionarios de salud intensifican esfuerzos para convencer al público que las decisiones sobre la vacuna se basarán en la ciencia y no en la política

Los funcionarios federales de salud, preocupados por la escasa confianza en una posible vacuna contra el coronavirus, lanzaron una campaña pública esta semana para tratar de asegurar a los estadounidenses que los reguladores no aprobarán ninguna vacuna que no haya sido examinada por su seguridad y eficacia. Pero el presidente Trump demostró inmediatamente la dificultad de separar el tema de la política al afirmar que una vacuna podría estar disponible “en torno al” 3 de noviembre, o el día de las elecciones.

Altos funcionarios de la Administración de Alimentos y Medicamentos, en artículos publicados y entrevistas, dijeron que aprobarían una vacuna sólo después de una rigurosa revisión y que consultarían a un comité asesor externo, algo que los legisladores y científicos no gubernamentales han estado pidiendo a gritos. Los funcionarios de la agencia insistieron en que las decisiones se basarán “únicamente en buena ciencia y datos”. Consiguieron el apoyo de Anthony S. Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del país, quien dijo a Reuters que la FDA no se dejará influenciar por consideraciones políticas. Ha dicho que una vacuna podría estar lista a principios del año que viene.

Pero Trump, que tiene un historial de apoyarse en los científicos del gobierno, y a veces de abusar de ellos, dijo: “Me estoy apresurando”. Lo estoy haciendo. Estoy presionando a todo el mundo”. Dijo que estaba centrado en salvar vidas, no en ganar las elecciones.

Mientras los funcionarios corren para detener la pandemia, están cada vez más preocupados de que el escepticismo del público pueda incitar a un número sustancial de personas a rechazar una vacuna, socavando la capacidad de la nación para volver a una cierta apariencia de vida normal. Para tratar de contrarrestar esas preocupaciones, los legisladores y los expertos en salud están exigiendo a la FDA que se adhiera a normas estrictas y sea lo más abierta posible al considerar cualquier vacuna.

Pero los esfuerzos de la FDA para convencer al público de que la agencia tomará decisiones sólidas y basadas en datos se han visto complicados por la politización de la Casa Blanca en temas de salud y ciencia, desde el uso de máscaras faciales y la reapertura de escuelas hasta su defensa de tratamientos no probados como la hidroxicloroquina. La propia FDA ha desempeñado un papel; fue duramente criticada por autorizar inicialmente el medicamento contra la malaria que fue promocionado por Trump para el covid-19. Posteriormente revocó la decisión.

SOPORTE
CONTACTANOS

© 2025 All Rights Reserved.