Durante décadas, Teme Ring estuvo aislada de su fe judía.

La ex abogada se vio obligada a abandonar su carrera en el año 2000, después de una avalancha de enfermedades autoinmunes y condiciones que también la hicieron demasiado débil para entrar en una sinagoga para servicios en persona.

“Estoy en mi propia diáspora personal”, dijo.

En los últimos años, Ring esperaba reconectarse con la fe a través de una sinagoga en el centro de Chicago. “Me di cuenta de que realmente lo extrañaba”, dijo. “Pero parecía ridículo pertenecer y no aparecer nunca.” Sólo se arrastró a la sinagoga una vez, y sus síntomas eran tales que estaba físicamente presente pero espiritualmente ausente.

Ahora, sin embargo, durante la pandemia, con muchas congregaciones judías tomando servicios en línea por primera vez, la fe de Ring ha experimentado su florecimiento largamente esperado.

Gracias a la tecnología, ahora puede asistir regularmente al Shabat y a clases en dos sinagogas diferentes en Chicago, y en una tercera en el sur de California, donde viven sus padres.

“He pasado de no tener ningún contacto con los judíos durante 20 años a ser miembro de tres congregaciones”, dijo. “Ya no me siento aislada”.