El Departamento de Comercio de EE.UU. anunció nuevas sanciones que restringen a cualquier empresa extranjera de semiconductores de vender chips desarrollados o producidos con software o tecnología de EE.UU. a Huawei, sin obtener primero una licencia para hacerlo.
Las restricciones anunciadas en mayo ya habían limitado a compañías como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSM) a fabricar y suministrar a Huawei chips diseñados por HiSilicon, una subsidiaria de la compañía china. Las medidas del lunes extienden efectivamente esa prohibición a todos los diseñadores de chips, como la taiwanesa MediaTek, cuyas acciones cayeron casi un 10% .
Esta es la última señal de que el presidente Donald Trump está aumentando la presión sobre Pekín, mientras Estados Unidos y China se pelean sobre quién controla las tecnologías del futuro. En las últimas tres semanas, la administración Trump ha amenazado con prohibir las populares aplicaciones chinas TikTok y WeChat, y ha señalado que pronto podría restringir las operaciones de Alibaba en los Estados Unidos.
Washington ha alegado durante mucho tiempo, sin aportar pruebas, que los productos de Huawei amenazan la seguridad nacional porque podrían ser utilizados para espiar a los estadounidenses. Huawei, ha negado repetidamente que sus equipos y productos representen un riesgo para la seguridad nacional.
Paul Triolo, jefe de geotecnología de Eurasia Group llamó a la última restricción de EE.UU. “un golpe letal a la empresa de tecnología más importante de China”.
Es “potencialmente el más serio esfuerzo del gobierno de EE.UU. para cortar la capacidad de la compañía de obtener semiconductores avanzados para todas sus líneas de negocio”, escribió Triolo.
Huawei depende de semiconductores hechos en el extranjero para alimentar su equipo de telecomunicaciones 5G. Funcionarios británicos citaron la incertidumbre en la cadena de suministro de la compañía como una razón clave para prohibir a Huawei de la red 5G del Reino Unido el mes pasado.
Las nuevas sanciones de EE.UU. también podrían ser el último clavo en el ataúd para el negocio de telefonía móvil de Huawei.