El cubrimiento de rostros será obligatorio en los espacios cerrados de oficinas compartidas a partir del 1 de septiembre, anunció el martes la Ministra de Trabajo Elisabeth Borne.
Un comunicado del ministerio publicado más tarde añadió que las máscaras no serán obligatorias en las oficinas individuales “siempre y cuando sólo haya una persona presente”.
Este anuncio se produce después de que “se haya observado un aumento en el número de casos de COVID-19, así como un incremento en el número de agrupaciones en todo el país”, según el comunicado.
“El entorno profesional se ve afectado por este aumento: el número de conglomerados que se están investigando actualmente es de 268, incluidos 60 en el ámbito de las empresas”, añadió el comunicado.
Las máscaras faciales se hicieron obligatorias en los espacios interiores públicos a finales de julio. Varias ciudades también han impuesto el uso de máscaras al aire libre, como Marsella y París, donde ahora es obligatorio en los distritos céntricos, los principales puntos turísticos y otras zonas concurridas.