Un día antes de que los republicanos se reunieran para nominarlo para un segundo mandato, el presidente Donald Trump estuvo promoviendo un posible tratamiento de COVID-19 usando plasma sanguíneo.
Trump llamó a los periodistas a la Casa Blanca para anunciar que su administración ha concedido la autorización de uso de emergencia para el tratamiento con plasma sanguíneo, aunque más de 70,000 pacientes ya lo han recibido de forma experimental.
“Esta es una terapia poderosa”, dijo Trump, describiendo la autorización como “un avance muy histórico”.
Trump y sus ayudantes lanzaron la noticia como un gran avance terapéutico, aunque algunos analistas médicos dijeron que ya está sucediendo y que las demandas de Trump de acelerar algún tipo de cura para COVID-19 podría conducir a tratamientos peligrosos para algunos pacientes.
“El presidente Trump, una vez más, pone sus logros políticos por delante de la salud pública”, dijo Benjamin Corb, director de asuntos públicos de la Sociedad Americana de Bioquímica y Biología Molecular.
