El tiroteo policial de Jacob Blake, un hombre negro de 29 años desató otra noche de protestas en Wisconsin y en todo el país.

Cientos de manifestantes ignoraron la movilización de la Guardia Nacional de Wisconsin y el toque de queda de emergencia del lunes por la noche para volver a protestar.

Blake recibió múltiples disparos en la espalda el domingo por parte de agentes del Departamento de Policía de Kenosha que respondían a una llamada por violencia doméstica, según Ben Crump, el abogado que representa a la familia de Blake. La policía ha dado poca información sobre lo que llevó al tiroteo y no ha dicho por qué los oficiales se acercaron a Blake.

El padre de Blake dijo al Chicago Sun-Times el martes que su hijo está paralizado de la cintura para abajo, y le dijeron que su hijo recibió ocho disparos.

Los oficiales involucrados en el incidente han sido puestos en licencia administrativa, según el Departamento de Justicia de Wisconsin. El departamento está liderando la investigación del incidente y dijo que pretende presentar un informe dentro de 30 días.