Estados Unidos no participará en un esfuerzo internacional para desarrollar y distribuir una vacuna contra el coronavirus porque la iniciativa está vinculada a la Organización Mundial de la Salud, dijo la Casa Blanca.
La decisión, que llega en un momento crítico de la respuesta de los Estados Unidos al coronavirus, con casos que superan los 6 millones, mantendrá al país aislado de los más de 170 países involucrados en la iniciativa COVAX que trabajan para proveer acceso mundial a una vacuna efectiva.
“Estados Unidos continuará involucrando a nuestros socios internacionales para asegurarnos de que derrotamos este virus, pero no nos veremos limitados por organizaciones multilaterales influenciadas por la corrupta Organización Mundial de la Salud y China”, dijo el portavoz de la Casa Blanca Judd Deere en una declaración.
“Este Presidente no escatimará en gastos para asegurar que cualquier nueva vacuna mantenga el estándar de oro de nuestra propia FDA en cuanto a seguridad y eficacia, sea probada a fondo y salve vidas”.
Además de subrayar la desconfianza de Trump hacia las alianzas globales y, en particular, su crítica a la OMS, la decisión marca una notable apuesta por la Operación Warp Speed, el esfuerzo del gobierno federal por acelerar el desarrollo de fármacos, vacunas y otras medidas para combatir la pandemia. Dos vacunas Covid-19 están en ensayos de fase 3 en los EE.UU. – las fabricadas por Moderna y Pfizer/BioNTech – y se espera que otras dos comiencen los ensayos de fase 3 a mediados de septiembre.