Chupadores y perdedores, belicistas y pu—–.

El presidente Donald Trump ha usado esas etiquetas para describir a los héroes de guerra americanos y a los jefes del Pentágono. Es suficiente para desprestigiar incluso a los aliados clave de Trump, incluyendo al principal republicano del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes. Y esto muestra cuan tensa se ha vuelto la relación de Trump con las fuerzas armadas de EE.UU.

“Es una mezcla”, dijo el diputado Mac Thornberry, el vicepresidente de la Comisión de Servicios Armados, cuando se le preguntó sobre la posición de Trump en el Pentágono.

El mismo Thornberry discrepó con el comentario de Trump el lunes, cuando dijo que los líderes del Pentágono “no quieren hacer nada más que pelear guerras” para poder mantener contentos a los contratistas de defensa.

“Es exactamente lo contrario”, dijo el republicano de Texas, añadiendo que los comandantes son a menudo los más reacios a enviar tropas a la batalla porque han visto de cerca las consecuencias. “Su motivación es servir al país, y no veo cómo eso puede ser cuestionado.”

Una encuesta reciente del Military Times documentó cuánto ha caído el apoyo de Trump entre las filas. Casi la mitad (49,9%) de los más de 1,000 soldados encuestados lo veían con malos ojos cuando se les preguntó en julio y agosto, muy por encima del 42% del año pasado. Cuando asumió el cargo en 2017, el 37% de los encuestados tenía una opinión negativa.

La erosión del apoyo a Trump “no es una reacción rápida a las recientes noticias sobre sus comentarios acerca de las tropas y los muertos en la guerra”, dijo Soltz. “Esto se ha estado gestando desde hace tiempo. En los grandes temas, como el papel de los militares, y en los pequeños temas que afectan a las tropas y a sus seres queridos, Donald Trump no ha mostrado ningún interés, fuera de cómo pueden servirle, y no viceversa.”