En los Estados Unidos, el término “madre de la ira” se ha utilizado para describir a las madres que se encuentran hartas y que exigen un cambio después de meses de hacer malabares con sus roles de profesoras, empleadas, cuidadoras y con un apoyo limitado durante la pandemia.

Y aunque no es un movimiento, el sentimiento también se siente en el Reino Unido, uno de los países más afectados por el coronavirus.

Las “madres furiosas” británicas dicen que, al igual que sus hermanas del otro lado del Atlántico, se están movilizando para que su gobierno rinda cuentas y escuche su voz.