Después de que gran parte de Europa Occidental aplastara el virus en la primavera con cierres estrictos, los casos y las muertes están aumentando de nuevo. España, que ya es uno de los países europeos más afectados, ha tenido uno de los mayores resurgimientos. Los casos han aumentado a más de 10,000 por día en promedio durante la última semana, superando su conteo a principios de este año.

La vida nocturna y las actividades de grupo, que se reanudaron más rápidamente que en los países vecinos, han sido culpadas en parte por la segunda ola de España. El aumento de las reuniones familiares numerosas, el retorno del turismo y la falta de viviendas adecuadas y de atención sanitaria para los migrantes son otros factores que se sospecha contribuyen a ello.

El brote actual se concentra en la capital, Madrid, donde las hospitalizaciones relacionadas con el virus se han triplicado. Hoy se han iniciado nuevas restricciones selectivas, lo que ha provocado protestas durante el fin de semana. Cerca de un millón de residentes no pueden abandonar sus barrios excepto para realizar actividades esenciales.

El aumento de los casos también ha renovado las tensiones. Una función de ayer en la Ópera Real de España fue interrumpida después de que los espectadores gritaran y aplaudieran durante más de una hora en protesta por lo que dijeron que era un distanciamiento social insuficiente.

La segunda ola de España aún no ha demostrado ser tan grave como la primera. La edad media de los infectados ha bajado, y la tasa de mortalidad es menor que a principios de año. Los casos asintomáticos representan más de la mitad de los resultados positivos, lo que se debe en parte al aumento de las pruebas, y los hospitales están mejor preparados con más equipos y mejores protocolos.