Los adultos jóvenes constituyen un porcentaje cada vez mayor de los casos de coronavirus en los Estados Unidos y Europa, y los primeros indicios apuntan a que tienden a tener mejores resultados con la enfermedad, sufriendo menos muertes y hospitalizaciones. Pero la historia no termina ahí.

Una nueva investigación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades descubrió que los adultos jóvenes que contraen el virus pueden sembrar olas de infección que viajan por generaciones, infectando a personas de mediana edad y luego a personas mayores. Los nuevos datos sugieren que los brotes relacionados con bares, restaurantes y dormitorios universitarios no sólo son peligrosos para los veinteañeros, sino también para sus amigos, familias y vecinos.

Tras analizar los datos de los casos y las visitas al hospital este verano, los investigadores de la CDC concluyeron que los picos de casos entre los jóvenes a menudo iban seguidos rápidamente de un aumento de las infecciones en las personas mayores. En los estados del sur como Alabama, Florida y Georgia, un aumento en los casos entre las personas de 20 a 39 años llevó a un aumento en los casos nueve días después entre las personas de 40 a 59 años, seguido por un aumento en los casos 15 días después entre las personas de 60 años y más.

Los campus universitarios son una amenaza particular. En un estudio reciente, los investigadores descubrieron que los aumentos repentinos de casos se producían unas dos semanas después de la reapertura de las universidades, y que el aumento era mayor en el caso de los que adoptaban modelos presenciales que en el de los que enseñaban en línea.

Un patrón similar también parece estar surgiendo en Europa, donde las infecciones “están subiendo en las franjas de edad, de los jóvenes a los mayores”, según Chris Whitty, director médico del Reino Unido.